02 de del 2020

RASTI CRECIÓ EN LA PANDEMIA: LANZÓ ROBOTS, TALLERES Y UN SITIO DE VENTA ONLINE



 

 

 

Debe haber pocos niños argentinos que no jugaron alguna vez con algún ladrillo de Rasti. Con 55 años de historia, sus juguetes nunca pasan de moda. Con una planta de 9.000 metros cuadrados en Lomas del Mirador, en La Matanza y 75 trabajadores que sostener, tuvieron que agudizar el ingenio en la pandemia. Lanzaron desde el robot Oki Bot hasta talleres online para aprender programación y robótica. Y después de mucho resistirse, presentaron su tienda propia online.

 

En 2019, Rasti entró al segmento de la robótica educativa. Comenzaron a fabricar equipamientos de robots que incluyen piezas de encastre y complementos electrónicos que con un software que desarrollaron permitían que en las escuelas se facilite la enseñanza de robótica y programación.

 

No sólo recibieron pedidos de colegios, sino que hasta el Estado les pidió el desarrollo de un robot programable para chicos de jardín de infantes. En total, crearon Iko para jardínes de infantes y para primaria: Oki 1, Oki2 y Oki 2 plus con contenido de sensores. La última novedad es Oki Bot para familias.

 

 

Daniel Dimare, dueño de Rasti, contó a BAE Negocios: "Desarrollamos robots que empezamos a fabricar justo en marzo, chiquito de piso que los chicos los programan con tarjetas que le apoyan en la cabeza para que ponga cara feliz, camine o emita sonidos. En el caso de los chicos de primaria, arman equipos y los programan para resolver temas específicos. En jardín o prescolar usan un robot por curso y las escuelas primarias privadas nos piden un robot cada cinco alumnos. El año pasado se vendieron 150 robots con contenidos pedagógicos y tenemos un equipo de robótica y educación que da asistencia para la implementación". Cotizan entre los $22.000 y los $40.000 depende de los conectores y los desafíos que pueda afrontar.

 

Robots para niños


La planta estuvo cerrada dos meses, hasta que reabrieron con estrictos protocolos. Dimare puntualizó: "Teníamos equipamiento vendidos anticipados y en mayo nos pusimos a full a producir y entregar. Nuestro equipo de robótica y educación desarrolló contenidos de robótica y un software para programarlo en la compu, sin tener el robot. Tuvo tanto éxito la plataforma que lanzamos para las familias Oki Bot un kit para armar y programar, de manera simple, robots personalizados. Es más económico, porque se pueden agregar sensores en forma adicional. Cuesta $16.489 y se puede pagar en Ahora 12 en cuotas de $1.374. Mide alrededor de 30 centímetros, depende como lo diseñen y es ideal para chicos de 6 a 9 años. Después hay que ir complementándolo para que haga desafíos más interesantes".

 

Pueden tener sensor de humedad y detectar si la tierra de una maceta está húmeda o puede detectar gas y prende un ventilador o suena una alarma, puede abrir una canilla de riego en un jardín. El dueño tiene un sueño: "Me gustaría que los adultos del futuro digan que hicieron sus primeros robots con Rasti".

 


Durante la cuarentena, Editorial Santillana lanzó tres libros cuarto, quinto y sexto grado para enseñar robótica en las escuelas, ven la teoría y se ejercitan con los equipamientos de robótica de Rasti.

 


Cuando se le pregunta a Dimare, por el balance del año, es claro: "No nos podemos quejar, la cuarentena nos agarró en pleno lanzamiento y nos ayudó para crecer. La pandemia nos ayudó a pensar y encontrar variantes de negocios que no habíamos pensado antes. Hace 55 años que nos resistíamos a tener una tienda online, creíamos que no iba a ser bien visto por nuestros clientes, y en dos meses cuando vimos que estaba la planta cerrada y no se vendía, los clientes no estaban preparados para el ecommerce, lanzamos la tienda online. Estamos cerrando el año superando el nivel de ventas de 2019, pese a que estuvimos dos meses cerrados".

 

No sólo crecieron, sino que ayudaron a su canal de venta a crecer. Junto a Mercado Libre y Tiendanube generaron talleres para que jugueterías se animen a vender por internet. Ahora se entusiasmaron, quieren integral al canal juguetero a la venta online. Tuvieron que armar un centro de logística propia, a futuro una alternativa es que además, se pueda retirar en la juguetería más cercana.

 

"Tuvimos que afrontar muchos desafíos en la pandemia que nos tuvieron muy ocupados. Seguimos trabajando y aprendiendo, no tuvimos que echar a nadie, los empleados nos acompañaron y nos respondieron muy bien y esa es nuestra gran satisfacción haber podido cuidar a todos y cada uno de los puestos de trabajo", señaló el dueño de Rasti.

 

Pensaron no sólo en su gente, junto a las estaciones de servicios Axion y Red Activos que tiene talleres protegidos que trabajan con discapacidad, desarrollaron 5 kits de juguetes para que vendan en las estaciones de servicio y en los talleres se encargaron de embolsarlos, diseñaron la bolsa. "Pudimos ayudarlos porque no tenían trabajo. Es una cuestión de actitud, es necesario mirar afuera de nuestro metro cuadrado", señaló.

 

No descansaron ni un segundo. Lanzaron talleres de robótica en cuatro clases, algunos gratuitos y otros arancelados. Idearon una plataforma de ecommerce para la venta corporativa de juguetes, para que les puedan regalar juguetes a través de una Gift Card a los hijos del personal.

 

Pocos empresarios hacen un sincero balance positivo de estos meses de pandemia. Daniel Dimare contó a BAE Negocios: "No nos podemos quejar el balance en general es positivo, pudimos a pesar de la crisis y de la pandemia. Siempre hay que buscar un rinconcito para poder crecer y plantar la semilla de optimismo para que surja algo nuevo. Nos podíamos haber quedado cruzados de brazos y que el Gobierno pague los sueldos y estábamos cómodos. Pero nuestra misión es otra, si queremos salir adelante tenemos que trabajar y el cambio es de adentro. Las pymes tenemos que aprender y salir de la comodidad, hacer otra cosa, capacítate, descubrí que hay afuera y juntate con gente que sea más inteligente que vos, hay que moverse, y laburar eso es lo que salva a un país".

 

Nadie mejor que el dueño de Rasti para darle un consejo a las pymes. "Solemos tener miedo de que cada innovación sea cara y hay muchas que son accesibles. Hay que buscar una consultoría profesional, no hace falta una gran consultora. Hay que abrir la cabeza, que te cause dolor lo que te dice el consultor. Hace 55 años que no vendía directo al público, me tuve que bancar ese dolor porque no lo sabía hacer y me enseñaron y aprendí", dijo contento.

 


Faltan pocas semanas para las fiestas de fin de año, Dimare da su expectativa: "Será una muy buen navidad para los juguetes, los clientes ya están reponiendo. No todos los juguetes se venderán bien. La fábrica que no sacó novedades no venderá más"


fuente: BAE negocios